...unas pocas palabras escritas para explicarlo.
Cuando alguien cuenta historias sobre un escenario:
Puede estar solo (o no)
Puede usar un vestuario especial y contar desde un personaje (o no)
Puede estar sentado (o no)
Puede moverse mucho (o no)
Puede usar objetos (o no)
Puede hacerte reír o llorar (o no)
Puede contar una única historia (o no)
Puede contar para niñas y niños (o no)
Verás, eso sí, siempre a alguien que habla. Sencillamente, alguien que se pone delante de los otros con la esperanza, el deseo, la necesidad de ser escuchado.
Si la persona que habla:
te hace viajar sin moverte del sitio
te hace ver cosas, personas, paisajes que no están delante tuyo, o que ni siquiera existen...
te hace sentir (que, según Pessoa, es la mejor manera de viajar)
detiene el tiempo durante un ratito
hace que olvides la muerte
te ofrece hospitalidad en sus relatos
te hace creer que no existe el olvido
te hace sentir que habla contigo (e incluso, solo para tí)
si únicamente hablando, contando historias, se acerca a esto, estás viendo un espectáculo de narración oral, o de cuentacuentos. Estás escuchando a un/una artista que ejerce uno de los oficios más antiguos del mundo.
Mi oficio.
Cuando subo al escenario a contar historias soy, sencillamente, una mujer que habla.
